Tuesday, November 9, 2010

"Roark tomó las manos de ella en las suyas, Dominique vio que sus espaldas se inclinaban hacia ella, lo vio impotente, rendido en aquel momento, igual que ella, y comprendió que incluso el dolor puede confesarse, pero confesar la felicidad es como estar desnudo, entregado a la presencia del otro; podían dejarse ver mutuamente sin necesidad de protección. Estaba oscureciendo, casi no se veía en la habitación, solo quedaban la ventana y los hombros de Roark contra el cielo en la ventana."

- de "El Manantial", de Ayn Rand.

Lloré cuando lo leí, mientras decia en voz baja "es verdad".

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